Casi un año después, Rovira recibió a Ambito Nacional en la capital misionera y analizó tanto la dura embestida opositora en la provincia -liderada por el PJ-, como el escenario electoral 2005 para todo el país y el futuro del justicialismo.
El hombre fuerte del Frente Renovador asegura que vislumbra un PJ nacional «no ortodoxo y sí transversal», a partir de la idea de que Kirchner «no es un clásico producto de la partidocracia». Y enfatiza que «el gran ordenador será el sufragio», en referencia a las elecciones legislativas convocadas anticipadamente en Misiones para el próximo 30 de enero, con las que apuesta a poner en blanco sobre negro la verdadera relación de fuerzas en la provincia.
Veamos los tramos centrales de la entrevista que Rovira mantuvo con este diario.
Periodista: ¿Cuál es el balance de casi un año de gestión de este gobierno integrado por justicialistas, radicales e independientes?
Carlos Rovira: De un paulatino crecimiento y afianzamiento, sobre todo en el electorado de Misiones. Todavía no ha encontrado su mayor inserción, pero sí una enorme evolución; incluso con posterioridad de los comicios, con varias presencias del viejo aparato de los partidos, donde varios intendentes y cientos de dirigentes se sumaron a la renovación. Ha habido una evolución positiva de esta búsqueda de la gente, que creo que no ha declinado en el resto del país y que pone nerviosos a dirigentes de la vieja política, que pretenden impedir un fenómeno que está instalado. Lo que nadie puede revertir es el deseo de la ciudadanía argentina de renovar la política partidaria. Misiones ha dado en eso una experiencia genuina; yo salí con esas banderas. Si se hace en el país una encuesta sobre partidocracia o renovación, el deseo de la gente es la renovación partidaria. En esto no podemos soslayar la actitud del Presidente, que no es un clásico producto de la partidocracia.
P.: ¿A qué atribuye la virulenta postura que asumió la oposición en la provincia?
C.R.: Creo que no hay que trabajar desde el rencor, cuando la oposición tiene un rol importante en la democracia que es ayudar a gobernar. No me siento ayudado; cada acción está frenada por una reacción que ha llegado al extremo de que el presidente de la Legislatura, en una actitud amenazante e intimidatoria, dijo que no va a votar leyes, y que si ganan las elecciones, van a pedir la renuncia del gobernador.
P.: ¿Este escenario pone en riesgo la gobernabilidad en Misiones?
C.R.: La gobernabilidad la da la gente, que repudia esto permanentemente. La oposición no puede mostrarse con la gente; la gente custodia y respalda las instituciones.Yo he llevado al extremo una búsqueda respetuosa y con criterio; incluso he ido a la misma Legislatura a buscar una rectificación de que es impensable construir nada desde una actitud rencorosa y de odio. Pero va más allá de mi voluntad. Sin embargo, no voy a declinar en buscar mayor contribución para gobernar la provincia.
* Examen
P.: ¿Es por esta situación que decidió adelantar las elecciones legislativas para el próximo 30 de enero?
C.R.: Por supuesto. El gran ordenador va a ser el sufragio. Cuando hay inconvenientes de este tipo, las salidas son democráticas. Hay que someterse al examen; es nuestra obligación. El pueblo va a elegir entre este modelo mayoritariamente opositor, que no votó ninguna ley que favorezca a los misioneros, o renovar para llevar a diputados que respondan a los misioneros. Hasta esto está hoy sometido a la Justicia porque se oponen a votar, adelantando una presunción de un voto muy negativo de la gente.
P.: La elección a gobernador de setiembre tuvo gran impacto nacional, producto del enfrentamiento electoral que mantuvieron Kirchner y Duhalde. ¿Cree que con las legislativas de enero va a ocurrir lo mismo?
C.R.: Eso corresponde al orden nacional. Pero sí: al ser la primera va a tener una atención importante, y es bueno. En los distritos no grandes nos sentimos a gusto de protagonizar una discusión política seria de vanguardia. Pero también va a ser bueno que los que hoy se oponen se presenten en una lista. No veo por qué se esconden y se oponen al voto de los misioneros.
P.: ¿El resultado de esa compulsa va a ser indicativo de la relación de fuerzas existente hoy en el PJ nacional?
C.R.: No. Soy muy respetuoso del voto. Acá el 30 de enero los misioneros van a elegir diputados y senadores que los representen y una Cámara provincial. Eso en primer término. Creo que con sensatez no se pueden extrapolar resultados.
P.: ¿Qué rol cree que jugará la transversalidad en las elecciones legislativas 2005 en el país?
C.R.: La transversalidad es un deseo de la gente; depende de los dirigentes que lo tomen como una necesidad, como la cuestión de la inseguridad o el desempleo, y lo lleven a la práctica. El deseo de la sociedad hoy es renovar la política; ir hacia una concepción más horizontal de la política. El concepto partidocrático es antagonista; entonces va a quedar el deseo insatisfecho en algunos distritos.
* Nuevo concepto
P.: ¿Cómo cree que debe ser encarrilado el PJ nacional?
C.R.: Creo que si el Presidente va a dar el paso, como le ha sido ofrecido, puede haber una asimilación del partido nacional hacia un nuevo concepto que resume la transversalidad, y no al revés. Creo que sería bueno su participación, porque eso va a permitir romper la anomia. La salida es para adelante y no para atrás. No vislumbro un PJ -conducido por el presidente Kirchner- como ortodoxo, sino todo lo contrario: como transversal. Le hablo como un justicialista no pejotista, porque no pertenezco en este momento al PJ de mi provincia, del cual me he ido, discutiendo el manejo partidario.Yo pertenezco a la renovación, siendo justicialista.
P.: ¿Cuáles son las fortalezas y cuáles las debilidades de la provincia para lo que resta de este año?
C.R.: Las fort a l e z a s son encontrar un nuevo modelo productivo socialmente inc l u ye n t e, como salida de años donde los precios del producto primario del agro misionero estaban condenados a un bajo valor. Hoy hay un rebrote de productividad misionera, acompañada de una dinámica de la economía nacional que va saliendo lentamente de la crisis. Esto crea un horizonte de trabajo donde las políticas públicas deben estimular sobre todo a los sectores más rezagados. Es una gran fortaleza y oportunidad de trabajar con nuevos emprendedores -como colonos, productores, pequeñas empresas, nuevos empresarios- con los cuales hemos aplicado medidas concretas, como la agencia de desarrollo o el seguro de salud. Las debilidades pasan por convertir todo esto desde la política en condiciones de sustentabilidad y estabilización, con instituciones más fuertes y solidarias. Y que esto no sólo no se frene sino que se incremente.
P.: ¿Hubo una respuesta ya a su pedido al gobierno nacional de que sea refinanciada la deuda del Nordeste?
C.R.: Estamos trabajando. En la medida en que no sea resuelta la situación de ahogo va a seguir significando una cuestión de inestabilidad enorme en todo el país. Pero está la voluntad; lo hablé con el Presidente y con el ministro de Economía, y con voluntad política se puede hacer mucho. Sería muy penoso que los pocos excedentes se destinen con exclusividad a pagar los servicios de la deuda. Tienen que estar al servicio de la reactivación
fuente: Ambito financiero
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